¿Cuántas veces te has exigido llegar a un estándar sin tener en cuenta tu entorno? ¿Cuántas veces te has obcecado con un problema y sólo veías una opción? A todos nos ha pasado…estas situaciones brillan por la ausencia de flexibilidad cognitiva y te generan un malestar innegable.En este post te hablaré sobre qué es la flexibilidad cognitiva, por qué deberías insertarla en tu día a día y por dónde empezar. Abre tu mente y prepárate para cambiar de perspectiva.
¿Qué es la flexibilidad cognitiva?
La flexibilidad cognitiva, es una competencia que te ayuda a afrontar mejor los problemas venideros en tu día a día. Como si fuese un chicle, tu mente se amolda a la situación y busca soluciones distintas según las circunstancias. Entonces te dispones a valorar los pros y contras ayudándote de experiencias pasadas y de tu creatividad.
Si no te sientes identificado, no pasa nada ya que es una función ejecutiva que todos poseemos lo que ocurre es que al no usarla no ha florecido y sigue dormitando hasta que la riegues.
¿Porqué debería empezar a usarla?
1. Vas a procesar y detectar mejor la información en cualquier situación.
2. Tolerarás mejor los cambios, los errores y te adaptarás más fácilmente al entorno.
3. Serás capaz de ver una misma situación desde distintas perspectivas lo cual te ayudará a tomar decisiones más completas.
4. Desarrollarás tu resiliencia ya que no le tendrás tanto miedo al cambio y serás capaz de sobreponerte ante las circunstancias de la vida.
3 pasos para empezar a ser más flexible cognitivamente:
En primer lugar, ante una situación novedosa, focaliza tu atención en tus pensamientos. ¿Qué se te pasa por la cabeza en ese momento? ¿Tiendes a ser más rígido? Si detectas esta tendencia no te culpes, redirige tu atención y propón pensamientos alternativos y trata de mirar la situación desde distintos ángulos. ¿Han cambiado tus pensamientos?
En segundo lugar, mantén activo tu cerebro. No te dejes llevar por la rutina, cada situación novedosa puede ser una oportunidad para aprender algo y poner a prueba a tu mente. No te estanques en un patrón de pensamiento concreto, nútrete de las opiniones ajenas y compáralas. Pregúntate qué has aprendido esta vez.
En tercer lugar, la rígidez del pensamiento se instaura como una rutina en muchas personas por tanto hasta que lo consigues amoldar y hacerlo más flexible requiere un esfuerzo y una práctica constante. Esto no es cambio de la noche a la mañana, persiste, es un cambio es intencional.
Como has podido comprobar la flexibilidad del pensamiento te permite adaptarte mejor y, por ende, sentirte mejor contigo mismo, no tienes nada que perder, bueno… en realidad si, una vieja rutina. Puede que tengas miedo y no quieras dejar ir a tu rigidez, hazle una despedida y dale la bienvenida a tu nueva compañera de vida. Adiós rigidez, ha sido un placer acompañarte hasta hoy pero ya no podemos seguir así, no me haces bien, necesito equilibrio y esa estabilidad me la proporciona la flexibilidad. ¿Has visto? Soy consciente de que no es fácil es por ello por lo que quiero acompañarte en este proceso, ¿preparado?
Aquí te dejo unos cuantos tips más para entrenar tu flexibilidad cognitiva
La persona sabia, es flexible como un bambú contra el viento, Ching.
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Andrea Martínez Pellicer