Odiamos sentirnos así, queremos que la felicidad sea eterna, cada lágrima nos pesa y pensamos que esto no va a terminar… si hoy vamos a hablar de la TRISTEZA. Ni es malvada ni debe pesarte, es una oportunidad para crecer como persona, ¿quieres adentrarte conmigo en el maravilloso mundo de las emociones? En este post, vamos a ver qué es la tristeza, cómo se manifiesta, su función y cómo gestionarla. ¿Estás preparado/a? Adelante.
¿Qué es la tristeza?
Es una emoción primaria caracterizada por estados de malestar o angustia ante una situación desagradable de pérdida o percepción de haber actuado de manera ineficaz. Todos la hemos sentido y la seguiremos sintiendo, es esencial para nuestro desarrollo como personas.
¿Cómo se manifiesta?
A nivel físico: lloramos, tenemos un rostro abatido, problemas de sueño, alteraciones de la ingesta, lentitud psicomotora, etc.
A nivel mental: nos centramos en la situación problema, nos cuesta relajarnos, se nos hace difícil concentrarnos y rumiación sobre el evento que nos causa malestar.
A nivel conducta: desmotivación para llevar a cabo las tareas diarias y actividades sociales además del aislamiento.
Funciones de la tristeza
Permite que procesemos mejor el acontecimiento que ha desencadenado la emoción. Si, has leído bien, aunque la tristeza sea dolorosa es muy adaptativa y te va a permitir analizar mejor la situación.
Provoca que los demás empaticen con nosotros. Actúa como una especie de alarma que avisa a tu entorno de que necesitamos apoyo. Somos seres sociales y necesitamos de nuestros amigos y familiares para hacerle frente a los desperfectos de la vida.
Ahora que ya tenemos las bases de la tristeza, vamos a ver cómo podemos aceptarla y no reñirla cuando aparezca.
¿Cómo gestionar la tristeza en un abrir y cerrar de ojos?
Antes que nada, quiero recalcar que la tristeza NO es un signo de debilidad. Permítete estar triste, eres humano.
Identifica la emoción: pregúntate «¿qué siento?».
Determina la causa de la emoción: sé sincero/a contigo mismo/a y analiza que ha desencadenado tu malestar (¿qué me hace sentir mal?).
Acepta la emoción: forma parte de los seres humanos, sentir nos hace crecer, desarrollarnos y aprender de la experiencia. Las emociones son nuestras compañeras de este viaje llamado vida.
Cambia tu percepción sobre la tristeza: no intentes evitarla, es algo pasajero y considérala como el motor para el cambio.
Busca herramientas para reflexionar y conocerte mejor en este momento de tristeza: hacer ejercicio físico, escribir, escuchar música o hablar con alguien de lo ocurrido. Ordena tus pensamientos para comprenderte mejor.
Las emociones nos empiedran, nos hacen más humanos. No te prives de sentirlas. La tristeza no es mala, te ayuda a adaptarte y vivir mejor en sociedad. El primer paso es atreverse a sentir, el resto irá viniendo a tu ritmo. Tal y como aparece en la película Inside Out, «llorar me tranquiliza, me fija a la gravedad de los problemas de la vida». Llora, vive, siente.
Si quieres adentrarte en el mundo de tus emociones este post te interesa.
Agradecimientos a 72Kilos por reflejar a la perfección lo que es adentrarse en tu tristeza. Por fuera todo es oscuro pero dentro de ti hay una claridad que te permite ir en busca de tu yo interior.